Confesiones y paranoias de un hombre confuso ante los tiempos que vive
Llegué a mis primeros seiscientos meses
y no me conservo en tan mal estado.
Contento sin duda de haber llegado
surcando la vida con sus reveses.
Invierto mi tiempo sin intereses
y aprendo del mundo que va a mi lado,
ejerzo de alumno desvencijado
y evito las prisas con sus estreses.
Degusto sabores con mi guitarra,
compongo canciones en mi cocina,
trasiego sonetos en una jarra
me escondo en pijama de la rutina.
Sabed que pretendo dar la tabarra
por otros seiscientos con mis pamplinas
El bálsamo de verme en tu mirada
redujo por completo mis heridas,
que vi por un instante descosidas
por dientes de la fría madrugada.
El tacto de tu mano entrelazada
curó de las ausencias tan temidas,
surcadas tantas veces en mil vidas
por aspas de la cruel agua pasada.
En cambio el aguijón de tu ruptura
clavó sin compasión mi paladar
con agrio sucedáneo de amargura
que ya me resultaba familiar
y el zumo que sangró por mi costura
fue río refugiándose en el mar
Construyo mil castillos en el cielo,
me monto una película en la mente,
las ollas se me van continuamente,
e incluso puedo verlas cuando vuelo.
Mis pies se han rebelado contra el suelo
y flotan sin rubor impunemente.
Mis sueños sintonizan claramente,
en teles planas de último modelo.
Concuerdo en el contar de la lechera
contando con mis dedos semi sabios.
Hay locos con envidia verdadera
que sienten mis locuras como agravios.
Y yo, contento, pierdo la mollera
sumido en la dulzura de tus labios
Todos vamos a morir
es un hecho irremediable,
más o menos agradable
pero nos hemos de ir
luego, puestos a elegir
puede morirse de risa
sin chaqueta y sin camisa
degustando un elixir
porque luego, si te mueres
ya da igual lo que prefieres
todo acaba tan deprisa
sin nada que decidir
Todos vamos a morir (4 veces)
Todos vamos a morir
puede que tomando tapas
Tú, te morirás de guapa
yo viéndote de venir
porque puestos a elegir
te puedes morir de gusto
que sería lo más justo
con tanto que hay que sufrir
salgamos a los balcones
a follar a borbotones
a las ocho de la tarde
en vez de aplaudir
Todos vamos a morir (4 veces)
Todos vamos a morir
y aunque no sepamos cuando
no es para estar esperando
qué lo vengan a decir
Todos vamos a morir
pero por favor, disfrute
que todo esto repercute
al incierto porvenir
Hasta el más tonto lo sabe
todos vamos a morir
pero como souvenir
deje un bonito cadáver
Todos vamos a morir
ponle fin al melodrama,
dale a los juegos de cama,
y deja de discutir
vive que la vida es bella
y son solo cuatro días
que con tantas tonterías
no saldrás vivo de ella
Albergo muy adentro en mis entrañas
un hueco que no es fácil de llenar.
Lo muestro sin temor, de par en par,
y no requiere cláusulas extrañas.
Se llena con sonrisas, con pestañas,
con risas, con la aguja de un pajar,
abrazos que contengan todo el mar,
o manos que compartan las hazañas.
Con ganas, con amor, con valentía,
con ansia por el roce de la piel,
con ver que se despierta un nuevo día
dispuestos a una lucha sin cuartel,
con pulsos rebosantes de energía,
firmando con los labios sin papel.
Qué arduo transitar por esta vida
sin ser un heridor de sentimientos,
y huir, y no morir en los intentos
de entrar en callejones sin salida.
Qué fácil y que rápido se olvida
que no se marchan solo con los vientos
palabras que implicaron juramentos,
también cada advertencia recibida.
Qué cómodo es querer hacer un trato
firmando sólo lo que te conviene
y haciendo que se cumpla del contrato
la cláusula que al socio se encadene.
La china nunca anide en tu zapato,
la pócima que al otro le envenene.
En esta nueva cárcel que prometen
no quiero arder sin ti tras mis barrotes,
prefiero que me den cincuenta azotes
y luego que tus brazos me sujeten.
Por muchos aislamientos que decreten
no estemos naufragados en islotes,
cojamos por los remos nuestros botes
y hagamos que los lazos nos aprieten.
Dejemos que las penas, compartidas
se tornen en un baile de disfraces,
las celdas donde internen nuestras vidas
se llenen de perséidicas fugaces,
y en tanto no nos muestren las salidas,
tan solo te suplique que me abraces.
Si tú supieras cuántos planes sueño
y cuántas cosas quiero hacer contigo,
amarte, ser tu almohada, ser tu abrigo,
tu socio, tu prisionero, tu dueño.
Viajar incluso al mundo más pequeño,
beber champán del fondo de tu ombligo,
besarte con la luna de testigo,
hacer un nido amable y hogareño.
Andar los pasos de nuevos caminos,
hacer comunes todos los asuntos,
atar con un buen nudo nuestros sinos,
unir con una línea nuestros puntos,
salvar inconvenientes repentinos,
luchar por nuestras vidas, pero juntos
Qué modesto y austero el equipaje
cuando emprendo aventura tan incierta.
Por qué coño me iré a una isla desierta
quién me manda a acceder en este viaje.
Son tres cosas el mínimo bagaje
qué me dejan pasar por esa puerta.
Mi guitarra, que es mi ventana abierta,
mi botella, que envía mi mensaje.
Y tu risa, que no es ninguna cosa
pero exige que estés aquí presente.
Es la idea que hallé más ingeniosa,
de tenerte según la ley vigente,
en mi terna esencial y más valiosa,
y agarrarme a tu brújula sonriente
Hoy llueve para bien de los pantanos,
el agua golpetea en los cristales,
a ratos, de maneras torrenciales,
a ratos como llueve en los veranos.
Se inundan los terrenos en los llanos,
hay ríos que desbordan sus caudales,
despiertan desecados manantiales,
colapsan los desagües suburbanos.
Y todo para mí es maravilloso,
que llenen los embalses muy deprisa,
que limpien cada ambiente venenoso,
qué pronto saldrá el arco que se irisa
con solo abrir el chorro luminoso
que mana sin querer de tu sonrisa
El hijo de la Vicenta
ha bajado en gabardina
pero no se da ni cuenta
como mira Catalina
que siempre se lo imagina
con su espalda corpulenta
trenzados en la cocina
y enamorándose a tientas
Y así, tan calenturienta
ha tendido las cortinas
que estaban amarillentas
de la puta nicotina
y una nube se encamina
de apariencia turbulenta
se atormenta una vecina
se avecina una tormenta
Pero nadie se imagina
que el hijo de la Vicenta
suspira por Catalina
cuando nadie se da cuenta
Y aunque nunca lo aparenta
de manera clandestina
vigilándola se inventa
una escena en la cocina
Y escondido en una esquina
el muchacho se lamenta
la vergüenza le domina
y por eso no la enfrenta...
Y los truenos ya revientan
y empieza una lluvia fina
Se avecina una tormenta
y se atormenta una vecina
Con la lluvia más violenta
se apresura Catalina,
el diluvio se acrecienta
Y se empapan las cortinas
Con las manos en la tina
y la borrasca que aumenta
no ve al hijo de Vicenta
agazapado en la esquina
Y ambas miradas atentas
de manera repentina
dos bocas que se impacientan
dos caras que se iluminan
dos cabezas que se inclinan
besos a cámara lenta
Ya no hay lluvia en la vecina
Ya se acaba la tormenta
Las mantas se me pegan como arpones
deslizo mi osamenta a duras penas.
Comprendo cómo sienten las ballenas
sus carnes desgarradas a jirones.
Escalo sin pasión los escalones,
arrastro con desgana las cadenas,
parecen movedizas las arenas
que intentan engullir mis pantalones.
No existe ni café ni cafetera
que activen los botones de mi mente.
Observo el interior de mi nevera
cual vaca que mirara un tren al frente.
El mundo espera atroz por ahí afuera
y yo me levanté estupendamente
A veces se parece a un déjà vue
que octubre nos regala en esta fecha.
Son pálpitos que dejan la sospecha
de que esto ya lo habías visto tú.
No es raro, incluso, no decir ni mú
por ser la hora que siempre se aprovecha
queriendo mantener cama desecha
por mucho que no venga en el menú.
Y no quisiera entrar en el debate
si tiene acaso más contras que pros,
estamos medio locos de remate
por no saber decir si hola o adiós.
Qué más puedo decir del disparate
si veo que a las tres serán las dos.
Me asalta una sonrisa sin aviso
temprana, repentina, inesperada,
que surge por sorpresa de la nada
y capta la atención sin mi permiso.
Respondo, vacilante e indeciso,
aparco mis preguntas en la entrada,
extiendo la licencia a su mirada
de ser la encarnación del paraíso.
Un cúmulo de labios y pupilas,
de hoyuelos y relámpagos risueños,
de océanos con músicas tranquilas.
Sonrisa sin libretos ni diseños,
que al verla, sin quererlo, te obnubilas,
sin duda la sonrisa de tus sueños
A veces, asomándome al abismo,
y al vértigo, que finge que se agranda
me rindo al pensamiento que demanda
que afronte vacaciones de mí mismo.
Que salga sin piedad de mi organismo
sin guantes, ni chaqueta, ni bufanda,
que inspire, que distienda, que me expanda,
que engrase mi más nimio mecanismo.
A veces, enganchado al precipicio,
soñando en lo profundo del averno,
descanso en mi paréntesis ficticio,
a salvo de los fríos del invierno,
y vuelvo nuevamente hasta el inicio
del mundo trepidante y sempiterno.
Para poder cerrar bien una puerta
le vendría bien, en primer lugar
estar seguro de querer cerrar
en lugar de mantenerla entreabierta.
Con decisión inalterable y cierta
unicamente precisa empujar
cogiendo con su mano el manillar
hasta que la abertura esté cubierta.
Siendo de un portazo o de forma suave
usted debería tener presente
que se encuentra ante la situación clave
Para en el caso que sea pertinente
cerrar de una vez por todas con llave
y perderla definitivamente.
Antes que nada hay que estar muy seguro
de que el recipiente es poco profundo
que si me despisto por un segundo
no me voy a encontrar en un apuro.
Sujeto bien el vaso por el muro
y compruebo que al sorberlo no me hundo.
Trago para saber que no me inundo
y bebo más hasta que me saturo.
Lleno bien de oxígeno mis pulmones
Repito el proceso si tengo sed
Acaso tomar otras precauciones
es algo que ya depende de usted.
Si no se ve con muchas convicciones
intenté a beber el vaso con red
Si no hubiera ardido en tanta promesa
que como ceniza se llevó el viento...
Si no me desangrara en el momento
en que me defraudaron por sorpresa...
Si no me hubiera convertido en presa
de algún que otro depredador hambriento...
si no me hubiera convencido el cuento
en el que un sapo encanta a una princesa...
No habría cicatriz en mi tejido,
ni sabría recorrer cada trecho
No latiría un corazón curtido
retumbando en las llagas de mi pecho.
Hoy casi nada tendría sentido
ni podría sentirme satisfecho
A veces nos puede la incertidumbre,
temblamos expuestos ante la duda,
preferimos ver la verdad desnuda,
da lo mismo que oscurezca o que alumbre.
Buscamos una pista que vislumbre
certezas en nuestra existencia cruda,
pero a menudo es confidencia muda
que deja la confusión en costumbre.
Y aunque queremos disponer de opciones
a la larga suponen un dilema.
Somos torpes tomando decisiones
y al tiempo inconformistas por sistema,
exigimos urgentes decisiones
mientras somos de indecisión extrema.
Os recomiendo disfrutar la vida
morder cada bocado con ardor,
huir furtivamente del dolor,
probar cada manzana recibida.
Que cualquier día, la parca, escondida,
nos proporciona un futuro peor,
nos incluye en la lista del doctor
para esperar la noticia temida.
Y nos rellenan de tubos y sondas
y alimentados por una botella
nos acongojan las penas más hondas.
Así que goza, que la vida es bella
ya sabes que por mucho que te escondas
no conseguirás salir vivo de ella
Alas
para sortear las balas,
alas
para huir de la cordura,
alas,
aunque sea por las malas
alas,
cuando me acorralas
no te quiero ni en pintura
porque me cortas las alas
Alas que me elevan
y me llevan de viaje
Alas prestas
alas fuertes
y con un bello plumaje
Alas libres
que dibujan mi mensaje
Alas,
en sentido opuesto al que señalas
Alas, sin ningún pretexto
he puesto alas
junto a mis mejores galas
es mi gesto más honesto,
cuando despliego mis alas
Alas que me elevan
y me llevan de viaje
Alas prestas
alas fuertes
y con un bello plumaje
Alas libres
que dibujan mi mensaje
Para que lo nuestro esté equilibrado
piensa en la siguiente organización:
a menudo tendrás tú la razón
y en el resto estaré yo equivocado.
Y si acertara en un momento dado
será por una simple confusión,
sabiendo mi natural condición
de tener el raciocinio apagado.
Lo pondremos en negro sobre blanco
buscaremos quien preste testimonio
y habitaremos en un piso franco.
Meteremos, por mano del demonio,
nuestro brillante futuro en un banco
y lo bautizaremos matrimonio
Supongamos que a este juego en cuestión
participamos con un solo intento:
desde la partida de nacimiento
hasta la partida de defunción.
Disponemos de una sola ocasión
para disfrutar de cada momento,
no nos piden ningún consentimiento
y no hay lugar para repetición.
Sin explicarnos las reglas del juego
nos encontramos la emoción servida
y no podemos esperar que luego
tras la derrota, proponga la vida
que tras haber renacido del fuego
nos animemos con otra partida
Expediente X Returns (2020)
Sumamente arrepentido
por el tiempo que fui huésped
del espacio sideral
Triste y
cariacontecido
y habiendo cambiado el césped
por césped artificial
Superando con terapia
que mi
esposa casi castra
nuestra vida conyugal
cuando encima de la tapia
me aterrizó un Opel Astra
para hacer un viaje Astral
Han pasado muchos años
de ese
experimento nuestro
que no se te dio tan mal
y lo cierto es que te extraño
y por esto
te secuestro.
puedes llamarme Chantall
Fuimos a su
apartamento
en un
pequeño asteroide
de zona
residencial
se lanzó sin
miramiento
por mis
espermatozoides
sin
preámbulo inicial
su piel
verde era muy suave,
era preciosa
y, de hecho,
caí rendido
antes sus pies
las mujeres,
tú lo sabes
no me van
con mucho pecho
pues ella
tenía tres
Con tantos
años de oficio
y curtido en
mil batallas
lo pase
bastante mal
sin saber
por qué orificio
tenía que
dar la talla,
quiso en
todos por igual
Total, que
se vio saciada
pero me
quedé hecho un trapo
y medio
desvanecido
yo sin
píldora ni nada
con el
miembro hecho un guiñapo
e impregnado
en sus fluidos
No he sabido
más de ella
porque vas y
te desvives
por
entregarte a la ciencia
y desde la
noche aquella
ni me llama
ni me escribe
qué
científica indecencia
Y esta es la
historia, amor mío
la abducción
es lo que tiene
como quieres
que demuestre
con mi
tremendo bajío
que este
grano de mi pene
no es un
grano extraterrestre
Por estas cosas que me pasan solo a mí
Mulder y Scully han dejado el FBI
Al fin y al cabo ya te digo que no es sano
Que insistas
tanto en ese empeño de ir al grano
Como de
nuevo me secuestren y me alienen
No hay más
remedio que llamar a Iker Jiménez
Que habrá
marcianos con mucha tecnología
Pero con
estos todo acaba en una orgía
Es tierra de poner la otra mejilla
con cada súbito cambio de viento,
también de dividir el sentimiento
entre las dos aguas de su orilla.
Entre la Nacional y Bobadilla
y entre cuando me enfrío y me caliento,
presenciamos cada acontecimiento
desfilarnos delante de la silla.
Quizá sea nuestra mayor virtud
el ser magníficos espectadores
que nos vamos dejando la salud
mientras nos aplaudimos los dolores
e incluso en nuestro cómodo ataúd
nunca podrán sacarnos los colores
En cada peldaño de la escalera,
en cada zancada del recorrido,
en cada segundo que ha transcurrido,
en cada guijarro en la carretera.
En cada comienzo de primavera,
en cada reflejo y cada sonido
y hasta en cada sueño que no he dormido
hubo una lección en una trinchera.
No siempre mostré sentidos despiertos,
a veces no vi delante molinos,
y hasta me dormí con ojos abiertos.
Pero disfruté de muchos caminos,
tuve compaña en algunos desiertos
y pasé de largo en ciertos destinos.
El viento exfolia al arbusto caduco,
las brujas sobrevuelan tu tristeza,
hay fiestas para bañarse en cerveza
y niños que te exigen trato o truco.
Vienen días en los que me acurruco
velando la anaranjada belleza,
celebrando que aún estoy de una pieza.
que ya volé sobre el nido del cuco.
Octubre, a veces, me deja la duda
sobre qué contenido está más seco,
si mi cerebro o esa nuez sin cáscara.
Aún así, con mi sonrisa desnuda,
veo que todavía no estoy hueco
y me diluyo en el baile, sin máscara
