Tratos
Qué arduo transitar por esta vida
sin ser un heridor de sentimientos,
y huir, y no morir en los intentos
de entrar en callejones sin salida.
Qué fácil y que rápido se olvida
que no se marchan solo con los vientos
palabras que implicaron juramentos,
también cada advertencia recibida.
Qué cómodo es querer hacer un trato
firmando sólo lo que te conviene
y haciendo que se cumpla del contrato
la cláusula que al socio se encadene.
La china nunca anide en tu zapato,
la pócima que al otro le envenene.
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