Equilibrio
Para que lo nuestro esté equilibrado
piensa en la siguiente organización:
a menudo tendrás tú la razón
y en el resto estaré yo equivocado.
Y si acertara en un momento dado
será por una simple confusión,
sabiendo mi natural condición
de tener el raciocinio apagado.
Lo pondremos en negro sobre blanco
buscaremos quien preste testimonio
y habitaremos en un piso franco.
Meteremos, por mano del demonio,
nuestro brillante futuro en un banco
y lo bautizaremos matrimonio
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