Me encuentro

 Me encuentro donde nunca me he buscado,

y, muy a mi pesar, me lo reprocho.

Ahora que muy rara vez trasnocho

me viene a visitar cada pecado.

Mentí como un panoli enamorado

y soy la pura envidia de Pinocho.

Jamás regresaré a los dieciocho

y el tiempo ya por fin me dio de lado.

Las horas se han pintado coloretes 

y bailan ante mí, como vedetes,

burlándose, traviesas, de mi hastío.

La sangre se me agolpa en las arterias

murmura como niebla mis miserias

y late un corazón que no es el mío.