La sombra y la duda
Mi sombra desayuna con mi duda
y acuerdan repartirse mi custodia.
Con una, represento una parodia,
con otra, la ansiedad se sirve cruda.
Mi sombra, cuando puede, me desnuda.
Mi duda, a la primera me salmodia.
No sé si es mi conciencia la que me odia
ni cuál es más malvada y testaruda.
Yo quiero emanciparme de las dos,
colgarlas en la percha de un adiós
y hacerles un señor corte de mangas.
Y en cambio, cada vez que me despido,
se libran lentamente del vestido
y me atan, lujuriosas, con sus tangas.

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