Reformas
Mi casa estuvo un tiempo abandonada,
pintada de desierto en las paredes,
el suelo, suplicando otra pisada,
y arañas atrapándome en sus redes.
Ventanas con un ancla en la mirada,
los ecos de un hastiado "no te quedes"
el aire con la atmósfera viciada,
los muebles, rastreando nuevas sedes.
El caso es que he cambiado las ventanas,
los suelos, las paredes, las persianas,
un lujo de ladrillo y argamasa.
El aire se respira de otra forma,
pero ahora ya no sé si la reforma,
me hacía falta a mí o era a mi casa.
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