martes, agosto 23, 2022

La campaña

 

María de las Mercedes Espinosa de los Monteros y Pérez de Tudela, Mer, pasó prácticamente de la cuna a la Concejalía de Agricultura de Villanueva de la Exaltación, salvo el breve trámite como vocal en la Junta de Distrito. Una chica mona, a la que le terminaron Ciencias Políticas en la URJC gracias a su tío, que era político de mayor rango.

Sin duda, el modelito rojo de Prada que había escogido aquella mañana para las fotos de la campaña no era el más apropiado, dado que tenía que conducir a aquel carromato tirado por yunta de bueyes, a los que le daban ganas de rociar con el Aire de Loewe que guardaba en su bolso. Mientras los fotógrafos le pedían que sonriera, ella se esforzaba en no vomitar y en que no se le corriera el rímel.

Tanto se afanaba en esas tareas que no advirtió en el escalón de piedra que se formaba en el camino. Las ruedas del carro se atascaron y los bueyes se detuvieron. Uno de ellos aprovechó la parada para defecar copiosamente. Los miembros del séquito tiraron de ellos con tan poca fortuna que el carro se tambaleó, haciendo que Mer perdiera pie y fuera a caer de cabeza en la voluminosa majada.

“Hasta el fondo del asunto”, decía la campaña