Belén
En el portal de Belén
San José mira al chaval
a ver si ve una señal
de que compartan un gen.
María, que no está bien
porque añora a su Paloma,
a falta de cromosoma
les compara la barbilla.
"De tal palo, tal astilla",
le suelta en tono de broma.
La bromita de la astilla
al maestro carpintero
le sienta como un certero
rodillazo en las criadillas.
La estrella en el cielo brilla
y en el pesebre, el zagal,
se ha cagado en el pañal
y azorado disimula.
Le echa la culpa a la mula
y aromatiza el portal.
En la cola, los pastores,
cada cual con su presente,
se quejan constantemente
por los fétidos olores.
Gabriel entre resplandores
con unas alas gigantes
da unos giros inquietantes
encima de sus cabezas
y de pronto, sus altezas
se presentan, arrogantes.
Los Reyes traen al crío
la mirra, el oro, el incienso.
Baltasar está hipertenso,
Gaspar tiene escalofríos.
Melchor no dice ni pío
y les sigue la corriente.
Ya he tenido suficiente,
cometí una estupidez.
y será la última vez
que monte un Belén viviente.

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