sábado, diciembre 14, 2024

Pena

 Mis ojos destilaron tanta pena

y fue tan colosal el despilfarro

que a fuerza de llorar sobre la arena

el tiempo fue un letal reloj de barro.

Detrás de minuteros con gangrena

tan solo había instantes con catarro.

La atmósfera me puso en cuarentena

envuelto en la aureola de un cigarro.

La vida me miró torciendo el gesto,

al verme derrochar el presupuesto

de días, de semanas y de meses.

No pude devolverle las migajas

de instantes, de segundos y horas bajas

yo solo confiaba en que volvieses.