lunes, octubre 14, 2024

La casa

 La cama tiene dos lados izquierdos.

Las puertas cada vez son más pequeñas.

La casa me reclama contraseñas

que habías encriptado en mis recuerdos.

Me atacan nuestros viejos desacuerdos

por no querer llamar a las cigüeñas;

los roces y las riñas hogareñas

por ser el menos loco entre los cuerdos.

Un hueco sepulcral junto al pulmón

sugiere que hubo un día un corazón

que huyó tras denunciarte por maltrato.

Converso con mi sombra, si aparece,

pero ella, pertinaz, sigue en sus trece

e insiste en que me apañe con el gato.