lunes, febrero 13, 2023

La nevada

 —Mira aquel gilipollas en el tejado. Va a matarse.— dijo a su marido la vecina de enfrente.


Realmente la idea de subir al tejado en plena nevada, con el saco lleno de juguetes resultaba más factible desde abajo. Mucho más cuando el reflector de luces de colores que los de enfrente habían colocado como ornamento navideño le estaba cegando. 

Los vecinos golpearon el cristal para llamar su atención y saludaron. Él levantó el brazo correspondiendo al saludo. El objetivo era llamar la atención y lo había conseguido.

El plan de huida era sencillo. En la parte trasera de la casa había un montículo de nieve un poco más elevado. Como la nevada era reciente, tendría poca consistencia, por lo que un salto desde el tejado sería convenientemente amortiguado. Así que, tras ser visto por el vecindario, tiraría el disfraz de Santa al contenedor de basuras del inmueble y escaparía por la verja trasera. 

Una vez en el sitio adecuado saltó. Al impactar contra la nieve, comprobó que el puntiagudo enrejado oculto bajo la misma se clavaba en varios puntos de su cuerpo.

El reguero de cadáveres que había dejado en casa de su jefe terminaría en el suyo propio.