martes, febrero 07, 2023

Aurora Boreal

— ¡Qué más quisieras tú posar para los mejores como posé yo!

Y esto era lo más bonito que Aurora Boreal le podía dedicar a su cuidadora, Jessica, una joven tan atractiva como desafortunada en la vida.

Aurora agarraba el pulsador del timbre hasta quemarlo, exigiendo a Jessica inmediatez,  perfección, admiración y servilismo las veinticuatro horas del día. 

Últimamente Aurora había acompañado al cementerio a sus escasas amigas (las pocas que aún le aguantaban) y carecía de parentela o descendencia. 

—¡El té está frío,  inútil! ¡He esperado cinco minutos y no te pago para esperar!

Jessica, madre soltera, huérfana desde los cuatro años y sin formación,  necesitaba el empleo y no rechistaba a pesar de las humillaciones.

Un día, Aurora reveló algo que había mantenido en secreto.

—Eres una piojosa inmunda—le dijo a Jessica con mueca de asco — ¡Ojalá te murieras! En realidad a ti te valgo más muerta que viva.

Aquellas palabra retumbaron varios días en la cabeza de Jessica. 

Y en un inesperado golpe del destino, una mañana Aurora Boreal, al agarrar el pulsador, lo que encontró fue la cola de una serpiente cascabel. La mordedura del vipérido fue letal y Jessica resultó ser la heredera universal