Jason
ꟷ¡Pedazo de tipo!
ꟷ¡Qué realista!
ꟷ¡El machete parece de verdad!
Su caracterización de Jason Voorhees, el sanguinario personaje de Viernes 13, era perfecta. Había conseguido por Amazon la réplica exacta de la careta de hockey. Con
su metro ochenta y cinco y su corpulencia, el pantalón marrón oscuro y la
chamarreta beige con la cremallera hasta arriba, causó furor al irrumpir en
plena plaza del Falla, con paso firme.
Se detuvo a hacerse selfies
con algunos viandantes y escuchó a la chirigota “Los que volvieron del
Valhala porque estaba la cosa mu mala”, que iban de vikingos tiesos, en la
escalera de la facultad de medicina.
Tiró por la calle Diego Arias
haciendo tipo. Correteó a un grupo de animadoras de fútbol americano blandiendo
el machete manchado de sangre y luego se hizo una foto con ellas.
Luego, después de ponerse
pesado un buen rato consiguió otra instantánea con dos policías locales que
sonrieron de mala gana.
A la altura de la calle de La Rosa giró hacia la Caleta. Se detuvo en el freidor y compró medio kilo de adobo y otro medio de croquetas, que devoró sentado en un bordillo. Al llegar a un contenedor tiró la careta y la chamarreta. Debajo de la misma llevaba un chaleco de vaquero y un gorro de sheriff arrugado que desplegó y se colocó en la cabeza. Descolgó dos perneras de vaquero que llevaba enrolladas en la cintura y camufló en ellas el machete.
Siguió caminando y al salir al Balneario, continuó en dirección al campo del Sur.
Se detuvo tras pasar el Baluarte. Miró que no viniera nadie y lanzó al agua el
machete. Regresó sobre sus pasos. Disparó con los índices a los dos policías
locales. Paró en una tienda de ultramarinos a comprar una botella de fino y se la fue
bebiendo de camino a casa. Al llegar a la plaza del Falla, pudo ver la que se había liado en su calle. La policía nacional había cortado el tráfico por calle Hércules y había una ambulancia y dos coches de la local a la altura de San Telmo. Numerosos curiosos se agolpaban ante el cordón policial.
ꟷ¿Qué ha pasado?ꟷ preguntó a un tipo disfrazado de Frigopié.
ꟷHan encontrado descuartizado a un hombre ahí en San Telmoꟷ respondió el helado ambulante.
ꟷ¿En que número ha sido?ꟷ insistió.
ꟷNo sé, creo que en el tresꟷ le dijo el hombre del pie frío.
Jason sabía de sobra en qué número era y quién era la víctima.
ꟷAh, pues yo vivo ahíꟷ dijo en un tono suficientemente alto como para hacerse oír
ꟷ¡Eh! ¡El vaquero vive donde el muerto!
En menos de un minuto, tenía en su boca la alcachofa de gomaespuma de los micrófonos de Canal Sur.
ꟷ¿Conocía usted a Vicente?ꟷ preguntó la reportera, ávida de sangre.
ꟷClaro, era mi vecino de enfrente. Muy buena gente, siempre saludaba cuando me lo cruzaba en el patio. El hombre estaba todo el día con su música de semana santa a toda pastilla, se ve que era un poco sordo. Yo salí sobre las once y le vi entrar en su casa con un tipo disfrazado del de Viernes 13. Una pena lo de Vicente, echaré de menos su música a todas horas. Taladrándome los oídos. Hasta perforarme los tímpanos. Hasta volverme loco. Una pena.
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