La meiga

 

Siempre tuve cara de empollón, sobre todo porque desde los nueve años soy miope y me plantaron unas gafas redondas en la cara. No sé si eso me ayudó, pero me licencié en química en Oxford y cursé un máster en cocina molecular. Como los mejores cocineros del mundo están en España, tuve claro trasladarme a Galicia para abrirme camino en el exigente mundo de la restauración. Galicia, por su gastronomía y sus materias primas, me parecía un sitio inigualable y yo, Harold Berkeley, ambicionaba tener un lugar a la altura de Jamie Oliver, el cocinero más mediático de mi país.

Debo confesar que siempre he tenido una pasión oculta: el ilusionismo. Desde hacer juegos de manos con naipes a emplear determinadas reacciones químicas para lograr efectos visuales. Abrí un restaurante en Santiago de Compostela, “La meiga”, en el que además de jugar con la gastronomía local, algunas noches amenizaba los postres con algunos trucos. Como hacer sujetar una carta con los dedos a un voluntario y que se transformara en una galleta de chocolate.

Creo que fue por todo esto, y por mi deconstrucción del pote gallego, por lo que me apodaron, sin maldad, Harry “Pote”

No me siento bien

Que no me siento bien,

que me noto una punzada en las costillas,

que no me siento bien,

que me oprime la opresión del esternón,

que no me siento bien,

a ver si al final voy a tener ladillas,

llevo un rato que me siento 

que es que no me encuentro bien

ya verás como me muera 

porque ya te digo 

que no estoy muy bien

Que no me siento bien, 

me parece que la leche estaba rancia,

que no me siento bien,

y la angustia no me deja respirar,

que no me siento bien,

creo que voy a comprarme una ambulancia

y me encajo en un momento

en la puerta del hospital

y me atienden más deprisa

porque ya te digo 

que es que estoy fatal

Cada dos por tres me infecto o me intoxico

y me he hecho amigo hasta del celador

le invité a la comunión de mi hijo el chico

pero el caso es que no me encuentro mejor

Que no me siento bien

tengo un flato que me sube y que me baja

que no me siento bien

tengo como un aguijón aquí en la sien

que no me siento bien,

mi doctora no me quiere dar la baja,

creo que se me ha subido

una mijita la tensión

ya verás como me muera

sin saber por qué tengo esta sensación.

Que no me siento bien

que la sangre no me corre por las venas

que no me siento bien

ya no me hace efecto el paracetamol

que no me siento bien

que me invade como una profunda pena

donaré el cuerpo a la ciencia

porque esto es un sinvivir

que me estudien lentamente

con cuidado que así no puedo seguir

El evangelio según San Juan

 Yo soy un santo sin aro

Mis milagros son famosos,

Hago platos deliciosos

Con muy poquito preparo 

Un beato un poco raro

Con vino pero sin pan

Un insólito San Juan

Que no le mola el bautismo

No es igual,  pero es lo mismo

Porque soy el number One

Un santo pero sin velas

sin plegarias ni oraciones,

y la verdad, sin cojones,

para saltar las candelas.

Un santo de las cazuelas

Un mártir de la canción 

Un apóstol del fogón 

Devoto de Los Ningunos,

de los pichitos morunos

del secreto y del jamón.

Un santo canonizado,  

como los cánones mandan,

cualquier día me demandan,

por tan casto y recatado. 

Un santo desafinado

que no se vende en farmacias, 

ni sabe hacer acrobacias,

pero en el fondo  del "cuore"

les quiere de mil amores 

y quiere darles las gracias

El centro de todas las miradas

Eres el centro de todas las miradas

y yo deseo que seas para mí

por eso tengo mis pupilas clavadas

preso de este incontenible frenesí.

Estoy pendiente, que nadie se adelante,

es un momento te máxima tensión,

si es necesario le arrojaré mi guante,

me bato en duelo y le pego un bofetón.

Quiero ser el hombre que presume

de que nadie va a tocarte, solo yo,

que es para mí tu aroma y tu perfume,

y que soy el guapo que te consiguió.

Veo que la lucha ya comienza

y esto voy a remediarlo de inmediato,

no me queda un gramo de vergüenza

y eres la última

y eres la última croqueta de este plato

Central

 

A ver. Quizá éticamente no fue correcto. Lo admito. Con 30 años y a un mes de finalizar mi contrato, el próximo que firmara sería el último de mi carrera. Mi representante estaba negociando una subida de la ficha pero en el club mostraban sus reticencias. Según el secretario técnico ya no era tan contundente como antaño y, en palabras del presidente, “poco quedaba del animal que era de joven”

Salah era un provocador nato. Ya avisó de sus ganas de venganza cuando nos clasificamos para la final, con una sonrisa socarrona de superioridad. No es que le tuviera ganas, pero tampoco cariño.

EL caso es que a poco del final íbamos ganando por uno a cero, con gol de Vini, y en una jugada embarullada dentro del área, Alexander-Arnold centró desde la banda y el balón le quedó al egipcio nítido para rematar de cabeza. Me giré rápidamente, el balón me superaba y Militão no iba a llegar por los pelos. No me lo pensé. Fingí tropezarme y embestí Éder con la espalda, dándole el impulso necesario para llegar hasta Salah, impidiendo su cabezazo primero e impactando contra su dentadura después. Si tenía alguna muela por empastar, ahora le podían hacer descuento.

La Canguro

 

Hay vidas en las que habría sido mejor no levantarte de la cuna. Vidas grises en las que no hueles el podio ni de lejos. Vidas cansadas que tomaron un mal camino y nunca se enderezaron.

Y aquí estoy yo. Tras dos matrimonios tormentosos y varias empresas derruidas, preparándome un gin tonic mientras cumplo el séptimo día de arresto domiciliario. En mala hora me ofrecí a llevar a su casa Carla, la canguro del bebé de mi última novia. Durante todo el trayecto me puso la cabeza como un bombo, acerca de lo cara que era la universidad, los libros, el alquiler… Cuando paré en su puerta, me pidió un extra por cuidar del pequeño Hugo. Quizá debí explicarle lo caras que eran todas mis facturas, los impuestos que tenía que tributar, o incluso lo bien que Cristina le pagaba la hora mientras ella veía la tele y hablaba por el Whatsapp con las amigas. Pero no. Yo tuve que soltar una carcajada y decirle:

 

—     ¡Ni de coña! ¡Anda, baja!

 

Ella me sonrió lascivamente, desabrochó lentamente los botones de su camisa y me dijo:

 

—     Vale, como quieras

 

Y bajo corriendo del coche gritando:

 

—     ¡Socorro, por favor, que alguien me ayude!

 

En fin, no creo que nada pueda ir peor. Mierda. No hay limón.

Qué fácil

Estamos vivos de puro milagro

la vida es alarmantemente frágil, 

un día estás lozano, fuerte y ágil, 

y al otro te sepultan en el agro.

Vivir es un deporte peligroso,

tan solo en un desliz ya crías malvas,

serás afortunado si te salvas,

danzando en un sendero tenebroso

Tan fácil como parar el latido,

tan fácil en tu vida o en la ajena,

tan fácil como quedarse dormido, 

y no volver jamás de nuevo a escena,

Así que les estoy agradecido,

no mueran, porque no vale la pena

Carezco

 Carezco de paciencia ante los necios,

carezco de constancia en mis promesas,

carezco de defensas si me besas,

carezco de gasoil con estos precios.

Carezco de soltura en los trapecios,

carezco de pasión por las princesas,

carezco de maldades inconfesas,

carezco de atención a los desprecios.

Carezco, cada vez con más penuria,

de ciencia, ilustración, conocimiento,

de ideas, de saber y de experiencias.

Carezco de aquellos días de furia,

carezco de aprovechar el momento,

carezco de comprender mis carencias.

Sendero Tenebroso

—    No podemos desviarnos del camino. Aún queda una larga travesía — dijo Conchi decididamente

 

Yo no podía evitar sentirme como los tres personajes que acompañaban a Dorothy en El Mago de Oz a la vez, el león, el espantapájaros y el hombre de hojalata: sin cerebro, sin corazón y sin valor. El hastío que me causaba aquella misión, posible, sí, pero también inevitable, solo era igualado por la sensación de impotencia ante lo que se me avecinaba. Me sentía torpe como un jinete sin espuelas y se esperaba de mí mucho más de lo que me consideraba capacitado. No había camino de baldosas amarillas pero la senda estaba bien señalizada. Era imposible perderse, por más que deseara desaparecer de allí y que nadie tuviera noticias mías durante años.

—    ¿Qué fue de Paco?

—    Nunca más se supo

Habría deseado un recorrido peligroso, intransitable, lleno de peligros acechantes. Algo que le salvara del tedio. Sin embargo allí se encontraba él, siguiendo a su esposa como camino al matadero.

Ella se detuvo. Había encontrado lo que buscaba. Lo rodeo varias veces y acabó sacando una foto a un código en una etiqueta que decía: Stuva

 

—    Conchi, yo no soy capaz de montar eso ni de coña

 

Kamasutra

 Vaya por delante que un servidor 

siempre ha estado abierto a probar cosas nuevas

resulta estresante que en el amor

nunca eres experto hasta que no las pruebas.

Hasta que mi chica me dijo, cariño,

dame un estímulo que a mí me nutra,

y me sonrió lanzándome un guiño 

con un ejemplar nuevo del Kamasutra.

Yo que procuraba en esos menesteres

tratar de innovar no hacer siempre lo mismo

por saborear tentadores placeres 

terminé enganchándome con el hinduismo 

Yo que siempre me he dejado la piel

en cada caricia y en cada mordisco,

ahora estoy pasando la luna de hiel 

me ha diagnosticado dos hernias de disco

Yo fantaseaba con orgasmos, 

con deleites y con sensaciones, 

y estoy retorcido con espasmos,

Esguinces,  fracturas, lesiones, roturas y dislocaciones

Tengo que decir que algunas posturas

yo las perpetraba fantásticamente

sin embargo en otras con menos soltura

al final precisaba de un médico urgente

y por otra parte mi dulce pareja

que con ese libro me hablaba tan chula

no puede evitar soltar una queja

si ve que la sangre ya no le circula

Ella que cruzaba el Estrecho nadando

que no se paraba hasta llegar a Ceuta,

hoy la ves llorar y casi suplicando 

por qué le de cita el fisioterapeuta

Ella que tenía el cuerpo tan flexible

de tanto acudir a  pilates y el yoga

ahora experimenta dolores terribles

que solo se calman con alguna droga

Ella fantaseaba con orgasmos

con deleites y con sensaciones

y ahora se retuerce con espasmos

Esguinces,  fracturas, lesiones, roturas y dislocaciones

Y hoy que todavía me vuelvo loco

solo de pensar en tocar esos senos

reconozco que ahora los toco poco

si no me atiborro con ibuprofenos

solo de pensar que mi espalda cruje

no pienso morder otra vez el anzuelo

porque la leona ya tampoco ruge

las veces que muestro mi lindo gacelo

A menudo le ruego lastimero

las veces que se que se pone flamenca

por volver al ancestral misionero

o ponerle de nuevo mirando hacia Cuenca

pero ya reniego de mi compromiso

y preferiría quedarme soltero,

Cuando te presentas sin previo aviso

Cuando te presentas sin previo aviso

Cuando te presentas sin previo aviso

Con látigos, bridas y traje de cuero