Zombis
Y así sobrevivimos tristemente
tan frágiles y expuestos al dolor
nos late el corazón por pundonor,
prendidos de un latido y del siguiente.
Por contra, no parece tan urgente,
la risa, la dulzura o el amor,
un rasgo que te de algo de valor,
y no ser cadavérico latiente.
Con más desasosiego que vergüenza,
rogamos por que no nos pase nada,
pensando, de verdad, salir ilesos.
Un tránsito a la tumba que comienza
viviendo con la piel anestesiada
por miedo a los quebrantos de los huesos
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