Gracias mil
Muchas gracias, amiguitos,
por las felicitaciones,
francas manifestaciones.
de cariños infinitos.
Dejo de lado los ritos
y eludo la tradición,
y no quemó en un fogón
ni lo bueno ni lo malo,
lo tomo como un regalo
y aprendo de la lección
Los desengaños gratuitos,
los ases de corazones,
las presuntas intenciones
y los momentos bonitos.
Los silencios y los gritos
el error y la razón.
Lo importante en la cuestión
es que todo el que me roce
sabe, cuando me conoce,
qué soy un santo varón.
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