lunes, enero 01, 2024

Los suicidas

 No hay ojos que prestar a los suicidas

ni hay bocas que analicen sus desgracias;

se ocultan tras un velo ignominioso 

de cartas que nos brindan un adiós.

No hay dramas , no hay tragedias nacionales

ni hay prisas en casposos ministerios;

no hay técnicos ni expertos contertulios

rasgándose las ropas en prime time.

No hay calles atestadas con pancartas

ni eslóganes lanzados contra nadie,

ni orgullos, ni banderas, ni colores

que puedan ser usados por la industria.

Quizá porque el suicida no es un bando

ni apenas un endeble contrincante,

tan sólo es una víctima inocente

que nadie entenderá como rival.

Quizá porque morir no deja réditos

que puedan ser usados por políticos;

quizá porque en su muerte han escondido

los votos que jamás verán las urnas.