El Máster
— A ver Paco, la cosa es así. Tú ya
sabes que mi hermano es el director de contenidos de FormaINNOVA. Van a sacar
un Máster en Violencia de Género para enfermería. Esto todavía no ha salido a
la luz. El Máster por supuesto está homologado. Sabemos que Gestinforma va a
proponer otro, pero el nuestro es mucho mejor. Irene Montero se ha comprometido
a dar una Máster Class, con eso te lo digo todo. Sale por seis mil
euros, cinco mil para la empresa y mil para mí, pero es prácticamente online, a
través de Zoom, salvo los exámenes que son presenciales, claro. El caso
es que cuando acabe, nosotros vamos a crear una Oficina de Atención y Cuidados
a la Violencia de Género y, el perfil que vamos a proponer es el de un
enfermero con treinta años de experiencia en el servicio público, y que tenga
el Máster. O sea, un puesto a tu medida.
— Me parece muy interesante. Dame la
documentación que me inscribo inmediatamente.
Merche recogió apresuradamente a su
hijo de las clases. Había tenido que gestionar un caso complicado hasta última
hora y salió del Centro de Salud a toda pastilla. Rubén la esperaba en la
puerta del instituto aislado del mundo con sus auriculares.
— Hola, mamá. — dijo al subir al coche
— Aquí dentro te quitas eso de los oídos,
que podamos hablar como personas normales.
Se desprendió de ellos con desgana.
— ¿Se puede saber por qué tu padre no puede
pasar la tarde contigo hoy? — preguntó indignada
— Yo qué sé, mamá, tiene un lío
con no sé qué de un máster...
— ¿Tu padre, un máster, a su edad?
— ¡¡Pregúntale a él!! A mí lo
único que me ha dicho es que es de violencia de género y que lo había hablado
con el director de su centro de salud.
— Qué raro...
— A ver, Paco, la cosa es así.
Nuestra intención, como tú sabes, era que accedieras al puesto directamente, ya
que no se dio publicidad, salvo la publicación en el Boletín Oficial de
la Comunidad, como es obligatorio. Pero.... no eres el único candidato
que se presenta. Hay otra aspirante, con la misma experiencia que tú y con el
Máster, aunque ella cursó el de Gestinforma y ya sabes que nosotros vamos a dar
preferencia al nuestro.
Pausó su discurso para hacer
un guiño pícaro y prosiguió.
— Todo esto simplemente va a retrasar
tu incorporación. Ya sabes, la constitución de un tribunal, la defensa de
proyectos... Pero no hay nada de lo que preocuparse. El puesto será tuyo.
— Me quedo tranquilo. Pero, por
curiosidad ¿quién es la otra aspirante?
— Bueno, yo pensé que lo sabrías. Es Merche,
tú exmujer. ¿Tú le habías dicho algo?
Entró como una exhalación en el
Centro de Salud y se dirigió al despacho de la enfermera de enlace. Aprovechó
la salida de una paciente y se introdujo, mostrando el carné identificativo al
siguiente en entrar, encogiéndose de hombros.
— ¿Se puede saber qué quieres? — exclamó
Merche indignada por la repentina invasión.
— ¿Cómo te enteraste de lo del Máster?
¿Se lo sonsacaste a Rubén? — preguntó en un elevado tono de voz.
Merche sonrió
— Anda ya, sabes perfectamente que
Rubén no se entera de nada. Ni le importa nada de lo que hagas, en justa
reciprocidad contigo - respondió en tono socarrón.
El enfado de Paco fue en aumento.
— El puesto va a ser para mí.
Así que te ha salido mal la jugada — gritó.
— Claro, te lo ha preparado tu querido
Ernesto a medida. ¿Te lo sigues follando?
— Eres una puta rencorosa — gritó.
Ella lo miró sonriente. Metió la
mano en su camisa y de un tirón rompió el sostén. Tiró bruscamente de los
botones, que salieron disparados. Sin apartar la mirada de su exmarido, golpeó
violentamente su frente contra la mes.
— Y tú eres un pobre gilipollas que ha
venido a gritar a su exmujer con la sala de espera de testigo, y has intentado
forzarme porque en el fondo echas de menos follar conmigo. Y así, cariño, no
creo que te vayan a dar el puesto por mucho Máster que te hayas comprado.
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