Sin miedo
Quizá solo quedó un latido en ruinas,
y el eco de un silencio atronador,
mas no hubo que llorar por las esquinas,
y todo se quedó en el interior.
Cerrado el expediente del error,
y habiendo descorrido las cortinas
por fin entró una pizca de calor,
con un tapiz de luces vespertinas.
Sin miedo para andar nuevos senderos,
con pasos poderosos y sinceros,
sin ansias, ni dolores ni placebo.
Sin miedo a los escombros del destino,
viviendo cada metro del camino,
con ganas de empezar a amar de nuevo.
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