El fugitivo
-
¡¡¡Hombre Pacu!!! ¡¡¡Cuánto tiempo!!! Y ¡¡¡qué
elegante te veo!!! Pero… ¿tú no te habías ido del pueblo cuando el alcalde te
pilló con su mujer?
-
¡Hombre, Anselmu! Pues sí, fue una salida
apresurada…
-
Pero… ¡¡Qué cochazo!! ¡¡Un Q7!! Se nota que te
ha ido bien…
-
Bueno, sí. Cuando salí huyendo del pueblo el
alcalde mandó un par de matones tras de mí. Así que llegué a Algeciras, crucé
el Estrecho y una vez en Tánger, atravesé el Sahara. Acabé en Ruanda, sin
dinero y muerto de hambre. Cuando pensé que estaba a salvo, descubrí a los
matones en Kigali, así que me escondí en un camión que llevaba a las montañas.
En el monte Karisimbi me acogió una tribu tutsi, que me mantenía a base
de migajas a cambio de ayudarles con el ganado. Un día, al ver que
las hojas del akí eran parecidas a las del plágano, se me ocurrió
hacer queso, envolverlo en esas hojas y meterlo en una de las cuevas del
Karisimbi, a unos tres mil metros. Conseguí hacer un Cabrales ruandés que en la
tribu me agradecieron dándome una bolsa de diamantes. Regresé a España, me
alisté en el PP y soy el candidato a la alcaldía en las próximas elecciones
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home