Andando, que es gerundio
Mis pasos, lado a lado del pasillo,
jamás me sacarán de mi aislamiento,
me entrego al intrincado pensamiento,
tras un ficticio muro de ladrillo.
Doy vueltas como el triste molinillo,
de un hamster en su simple entrenamiento,
que siempre se mantiene en movimiento,
y nunca se acomoda en el banquillo.
Camino y por ahora no reviento,
en este cautiverio artificial,
al menos hasta el día en que me harte,
que ser inasequible al desaliento,
resulta levemente irracional,
andando sin llegar a alguna parte.
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