Casino Royal
La vi perderse
entre la gente, con su vestido rojo y la melena negra cubriendo su espalda
desnuda. Las asociaciones feministas intentarán meterme en la cárcel por lo que
voy a decir, pero era la cosa más bonita que había visto en mi vida. Por
un instante, de entre los centenares de personas que ocupaban el Casino Royal,
yo había sido por primera vez el Elegido. Y, como tantas veces en mi vida, la
oportunidad se esfumó ante mis ojos por no llevar encima un mechero.
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