Prólogo a un viaje inesperado
Cuando mis hijos cerraron por fuera
me causaron efecto ambivalente:
un agujero negro interiormente,
y libertad, mi vieja compañera.
Con mi alma vagabunda en la guantera
y con el combustible suficiente,
decidí saldar las deudas pendientes
con mi vida que antaño fue viajera.
Con una vieja tienda canadiense,
y mochila de bolsillo entreabierto
me entregué al aventurero suspense,
conduje, sin más, con destino incierto.
Me van a perdonar que lo condense,
pero el desenlace ya fue otro entuerto.
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