Adrenalina
Corruptos. Qué manía tienen de meternos a todos en el mismo saco.
Los corruptos son gente ambiciosa, despiadada, pero sin el más mínimo talento o
gusto. No sienten la adrenalina. Más bien viven atormentados temiendo que les
pillen.
Lo mío era más bien un arte. Sabía que un mal paso me podía enviar
a la cárcel y eso es precisamente lo que me excitaba. Era como jugar a la ruleta
rusa. Vivir en el filo de la navaja tratando de eludir el peso de la
ley, pero flirteando constantemente con el peligro.
Había robado a punta de pistola en plena calle. Había
defraudado a hacienda. Había blanqueado capitales y traficado con armas. Había
sobornado, estafado y extorsionado. Pero todo me sabía a poco. Traicioné a mi socio
acostándome con su mujer. Casi deseaba que nos pillara.
Inicialmente pensamos en secuestrarle para pedir un rescate con
el que huir juntos. Pero una vez probado el secuestro, se me ocurrió darle un
giro macabro. Para darle credibilidad, le amputaríamos un dedo y se lo
enviaríamos a ella anónimamente. Luego le ejecutaríamos y nos quedaríamos con
todo
Me sorprendió que quisiera ser ella la que apretara el
gatillo. Más aún, cuando lo apretó dos veces, la segunda para mí.
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