Vegano
Y entonces destrocé la barbacoa,
la carne ya jamás la comería,
ya sésamo, amapola, lino, chía,
seitán, heura, aguacates y quinoa.
Atrás dejé esa etapa tan oscura,
cambiando totalmente mis costumbres,
rendí culto a la avena y las legumbres,
y puse en los altares la verdura.
Con este herbivorismo manifiesto,
siguiendo las doctrinas del vegano,
la carne me causaba hasta aversión.
Y entonces desperté de estar traspuesto,
me fui al supermercado más cercano,
y me hice un soberano chuletón.
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