No lloro por ti
yo creo que me ha entrado algo en el ojo
y no me importa nada descubrir
que para ti fui un simple antojo
no siento un agujero en las entrañas
ni una insoportable pena
y es anecdótico que aquella lágrima
se perdiera en la arena
La gota que ha colmado el lacrimal
estaba prisionera,
se sirve de este error sentimental
para ser pasajera
se mezcla con el agua y con la sal
sin patria ni frontera
y escapa de este estrecho litoral
una lágrima viajera.
No lloro por ti
yo creo que me ha entrado un cuerpo extraño,
y veo que carece de importancia
que me hayas hecho daño,
o este dolor que me rellena pecho
si no tenemos futuro
y el llanto que ahora vierto en el Estrecho
se llena de hidrocarburos.
La lágrima viajera y emigrante
de la estrofa pasada
se mezcla con oscuro carburante
quedándose impregnada,
revuelta en semejante maremágnum
casi se desintegra...
nos deja, como Bebo y el Cigala
una lágrima negra.
No lloro por ti,
es que estaba pelando una cebolla,
ni por echar vinagre en mis heridas
y sal en mis ampollas.
no creas que me afecta en absoluto
la maldad de tu abandono,
ni pienses que voy a guardarte luto,
que no te lo perdono.
La lágrima viajera e inflamable,
gota de queroseno,
ardiendo en esta historia interminable
el día del estreno,
lavada por la lluvia torrencial
navega a la deriva
y asoma sin querer del lacrimal
una lágrima furtiva