viernes, abril 01, 2022

El cuento de la rana esquiva

 Voy a contarles el cuento 

de mi buen amigo Ignacio

cuando una vez fue batracio

presa de un encantamiento.

Una bruja, de escarmiento

y un poquito por cojones

por unas cuantas cuestiones

le transformó en un anfibio

y el tan solo encontró alivio

en sus preciosas canciones.


Hete aquí, que en el palacio

la despistada princesa

quiso besarle, traviesa,

aunque él fuera algo reacio.

Así que le pidió espacio

y alguna que otra cosilla. 

"Como mucho en la mejilla

me puedes dar ese beso,

y si no te gusta eso

pues pueden darte morcilla"


El caso es que nuestro amigo

no se sabe bien qué hizo

más se libro del hechizo

y del infausto castigo.

Yo que también fui testigo

por ser sapo aquellos años

compartiendo aquellos baños

a tu salud me emborracho

y deseo, amigo Nacho

que tengas feliz cumpleaños