Vida, de primer plato
Cuando estuve tan cerca de morir
no desfiló mi vida ante mis ojos.
Más bien me percaté de los cerrojos,
cerrados donde ya no iba a existir.
Sin el propósito de revivir
los hitos de mi vida y sus despojos
me afligía el más insondable antojo
de los años que estaban por venir.
No asistir al florecer de mis hijos,
perderme de mi nietos la camada,
No disfrutar, resolviendo acertijos,
o en películas recién estrenadas.
No perseguir la vida a su escondrijo,
no poder devorarla a dentelladas
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