Negociar a besos
Por disentir en esto y en aquello
tendríamos que negociar a besos.
Y en semejante pugna, te confieso,
es obligado empezar por tu cuello.
Apartarte sutilmente el cabello
y jugar con tus orejas, travieso
lamerte, uno por uno, cada hueso,
volcarme en erizarte cada vello
Envolverte con mis besos más sabios
y sentir que por igual se desboca
cada una de tus partes, sin agravios
y desvivirme por volverte loca
por besarte con dulzura los labios
y subir lentamente hasta tu boca
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