Cartografía corporal

Los lunares que salpican tu espalda
constituían un blanco perfecto
para que fueran mis besos directos
a donde todas las deudas se saldan.

Mi teorema del deseo respalda
que tus causas provocan mis efectos,
y que están en el camino correcto
las cumbres de tus pechos y sus faldas.

Con las líneas de tu cuerpo pintadas,
como señales de tu geografía,
no me encontré carreteras cortadas.

Me condujeron a una galería
de donde rezumaba una cascada
en la que bebí con alevosía.