jueves, julio 31, 2025

Mi rumbo

 Mi rumbo siempre rima con tus pasos.

Tus pasos son la métrica del alma.

El alma sigue ausente de este mundo

y el mundo se ha oxidado en el reloj.

Reloj que se ha parado ante tus ojos.

Tus ojos son las luces de mi templo.

Mi templo es profanado por tu risa.

Tu risa, que resbala por mi llanto.

Mi llanto se ha vertido por las calles.

Las calles me han traído tu recuerdo.

Recuerdo que mi piel sabe a tu lengua.

Tu lengua aquella vez faltó a la cita.

La cita fue una raya de mi olvido.

Mi olvido no levanta de la cama.

La cama tiene miedo de tu ausencia.

Tu ausencia está preñada de ti misma.

Tú misma reconoces ser de roca.

La roca modelada por el viento,

el viento que ha soplado desde el norte,

el norte que ha perdido ya mi rumbo.

miércoles, julio 30, 2025

El túnel

 Al fondo de este túnel terminal

no hay nada más allá de lo esperado;

no llega ni el clamor del respetable

ni el vítor del final de la función.

Al fondo de este túnel taciturno

no se abre un pasadizo a la esperanza,

no hay prórroga posible en el partido

ni hay modo de agarrarse al clavo ardiendo.

Al fondo de ese viaje sin retorno

no hay clima ni museo ni equipaje,

no hay check-in, recepción o clase VIP,

ni Wi-Fi, ni bombones ni champán.

Las luces se sofocan sin remedio

por mucho que aletees en su busca

igual que una polilla deslumbrada

que muere al abrazarse a la bombilla.

Así que, Houston, este es el problema:

me temo que no queda más opción

que amar la vida en vísperas de túnel

no vaya a ser que luego llegues tarde.




martes, julio 29, 2025

A los ojos

 Volvimos a mirarnos a los ojos,

nacieron las sonrisas en los labios,

sentimos el calor en otra pieles

tejidas esta vez en carne y hueso.

El aire parecía respirable

y alzamos la mirada al firmamento,

un ring en donde cúmulos y nimbos

pugnaban por poner nombre a la lluvia.

Pusimos atención a las mascotas,

erramos sin la prisa y sin el rumbo,

vaciamos los bolsillos de ansiedades

y anclamos lo trivial en el abismo.

Burlamos a los datos y a la agenda,

bailamos con propósitos pendientes,

robamos a las horas la tardanza

y todos dormitamos más tranquilos.

Rasgamos las pestañas con el día,

tomamos desayuno sin diamantes

y entonces regresó la cobertura

y todos nos hundimos en los móviles.

La República

 

ꟷSeñor, y ahora… ¿Qué hacemos? ꟷ preguntó nervioso el vicepresidente.

Observaban el exterior desde el despacho presidencial. Todos los ministros aguadaban instrucciones. El pueblo había tomado las calles esgrimiendo pancartas intimidatorias, coreando consignas contra el poder establecido y quemando banderas con la corona.

ꟷ ¿Ahora? Ahora hacemos lo de siempre. Echar la culpa a los otros. Al primero al hijo de puta del Rey. El muy cabrón nos deja con las vergüenzas al aire justo cuando los sondeos nos tiran por tierra. Hablaremos de su irresponsabilidad con la nación, de su decisión inconstitucional de no abrir el proceso sucesorio. Echaremos la culpa a la oposición por su insistencia en maquillar el bochorno de la Monarquía, señalándonos a nosotros como culpables del deterioro de su imagen. Y culparemos al pueblo, por supuesto. Por tomar partido en algo que no les competeꟷ replicó el presidente, asqueado.

Se hizo un silencio incómodo entre los ministros, que se miraban unos a otros.

ꟷSeñor… no podemos decir al pueblo que no es asunto suyo. Estamos en una democraciaꟷ dijo tímidamente el ministro del Interior.

El presidente le miró furioso.

ꟷ¿Desde cuando esto es una democracia, imbécil? ¿Piensas que van a seguir creyéndose el cuento de las urnas? ¿O acaso has olvidado quién nos pone en estos despachos? ¡Mira las calles! ¡No se están peleando entre ellos! ¡No están divididos! ¡Nos señalan! ¿Cuándo nos han señalado todos a la vez? La única solución es convencer al Ejército para que salga a las calles. Hay una Constitución que cumplir y ellos tienen la obligación de protegerla. Aquí no se puede hacer lo que diga el pueblo o nos vamos todos al carajoꟷ replicó el presidente, visiblemente alterado.

 ꟷLos generales van a obedecer al Rey. Tienen orden de no intervenir. Y la decisión es de la Familia Real al completo. Hay un documento en el que los Borbón-Dos Sicilias, los Marichalar, los Urdangarín, los Orleans, los Landaluce y los Habsburgo se comprometen a no aceptar el trono. Lo han acordado entre ellos. Tendríamos que irnos al puesto treinta y traernos a una italiana que no la conocen ni en su casa. Y eso no nos lo van a tolerarꟷ dijo la ministra de la Presidencia.

El presidente se sirvió un wiski hasta el borde. La ministra continuó.

ꟷEl artículo 57.3 nos capacita para decidir en las Cortes. Pero cualquier decisión que tomemos en este momento tendría consecuencias catastróficas para nosotros.

ꟷ¿Qué dice la oposición?ꟷ inquirió el ministro de Sanidad.

ꟷEstán tan confundidos como nosotros. No se explican esta decisión. Han defendido siempre a la Familia Real y estaban convencidos de que irían hasta las últimas consecuencias. Están tan cagados que dicen que nos apoyarán en aquello que decidamosꟷ informó la ministra

ꟷ¡Son unos hijos de puta traidores! Quieren abocarnos a la República ahora, cuando saben que arrasarían en la elección del jefe de Estado. Nos vamos a la mierdaꟷ advirtió el presidente.

ꟷYa, pero ¿cómo explicamos que somos nosotros los que no la queremos? ꟷ preguntó el vicepresidente.

ꟷ¡Nosotros siempre hemos tenido un compromiso monárquico! ¡Sois vosotros los republicanos! ¡Explícalo tú, si es que quieres mantener tu chalé en la Moraleja! ꟷ chilló el presidente a su coaligado vicepresidencial.

ꟷA nosotros poco nos habéis dejado hacer. No pretendas que ahora saquemos las castañas del fuegoꟷ replicó éste.

Las sirenas de la policía se abrían paso entre la muchedumbre. El ministro de Agricultura aprovechó la pausa para intervenir.

ꟷLo que no entiendo es por qué tiene que afectarnos todo esto. Instauramos la República, le decimos adiós con la manita al Rey y a su familia, que se lo van a pasar de cine en Abu Dabi, y seguimos viviendo del cuento. Si tenemos que irnos cuatro y ocho años a la oposición, ¿qué más da? Volveremos. ¿No os parece que hacéis una montaña de un grano de arena?

ꟷSiempre me he arrepentido de darte un ministerio. De no ser por tus padrinos, jamás me habría decidido por alguien tan inútilꟷ espetó el presidente.

El ministro de Agricultura se disponía a balbucear algo cuando el gobernante prosiguió.

ꟷNo se trata de los peones, los alfiles… Se trata del tablero. Llevamos cuarenta años jugando al ajedrez, sí, pero es la primera vez que el pueblo nos vuelca el tablero. Si su presión ha echado de la nación a los monarcas… ¿cuánto tiempo crees que van a tardar en echarnos a nosotros?

 

 

 

domingo, julio 27, 2025

Apetito

 ¿Qué hacer del animal que se despierta

famélico de músculos y pieles,

con súbita avaricia en la saliva

y el hambre y la mirada en las entrañas?

¿Qué hacer cuando la bestia despereza

las fauces en la arena del desierto,

prendado en el contorno de un oasis

que luego se revela un espejismo?

¿Qué hacer con los mordiscos atrasados

que adeudas en la carne de la presa?

¿Qué hacer cuando las huellas en su piel

desangran tu conciencia poco a poco?

Quizá no quedarán sombras chinescas

ahogadas por las luces de la aurora,

burlando el apetito verdadero

que nunca tiene tiempo de una cita.

Quizá nada es más triste que ese espasmo

voraz y funcionario que amanece

en víctimas que acceden resignadas

por no encontrar al lobo de sus sueños.


sábado, julio 26, 2025

El viento

 El aire no ventila la penumbra

de un cuarto que no ha abierto las ventanas;

la carne no alimenta los anhelos

de un alma que no quiere abrir la boca.

No anida la pasión en corazones

con rejas en sus tímidos ventrículos,

ni hay sitio para un tibio resplandor

en cíclopes que miran a otro lado.

Por eso no reviento los cerrojos,

no envidio a las rendijas de los muros,

no rasgo enrabietado el cortinaje

ni lanzo maldiciones a las puertas.

No insisto donde hay búnkeres herméticos, 

ni espero junto a sótanos blindados;

soy náufrago rendido en el islote,

hastiado de  misiones imposibles.

Pues sé que no hay oídos permeables

que le abran un camino a mis palabras;

prefiero suspenderlas en el aire

dejando que se pierdan en el viento.




viernes, julio 25, 2025

El final

 Un paso atrás con luces de emergencia,

el peso de un suspiro abandonado,

los títulos de crédito en el drama

con un fundido en negro y un The End.

Un beso apasionado tras el postre

después de las perdices de los cuentos;

un brindis a la luna sin testigos

ni aplausos cuando bajan el telón.

La paz universal tras un orgasmo

que deja desarmados los misiles,

quedando solo el humo del pitillo

que siempre hemos llamado "el de después".

La mano que se agita en la estación

llamando la atención de aquella chica

que pega la nariz en el cristal

y esconde los indicios de un sollozo.

Las luces de neón que nunca engañan

por mucho que te empeñes en negarlo;

el tiempo se ha acabado y tristemente

debemos asumir que es el final.



jueves, julio 24, 2025

Volver

 Volver besando 

las piedras del camino;

lanzar al vuelo

deseos desbocados.

Beber la lluvia

con labios seminuevos;

buscar cobijo

de brazos sin usar.

Salir al mundo

desnudo y sin delirios;

cruzar el río

vencido en el ocaso.

Oler la tierra

calada hasta los huesos, 

y andar pausado

vibrando bajo el sol.

Cerrar los ojos

sabiendo que me esperas;

soñar despierto,

colgado de tu piel. 

Morir mañana,

que ayer ya se hizo tarde.


miércoles, julio 23, 2025

Loco

 Loco, tal vez, mi demencia me honra

yendo al trabajo con brillo en las ganas,

viendo sonrisas en rostros de hielo,

dando las gracias al mundo dormido. 

Loco me dicen si canto en la ducha,

si alzo mi vuelo esquivando a los necios,

si ando una senda que lleva a la nada,

si abro una puerta y se va la verdad.

Loco de atar, desatado y maldito,

loco sin fondo, sin formas ni ejemplo,

loco perdido sin mapa ni brújula,

loco enredado en las ramas del árbol. 

"Este es el loco que escribe poemas"

piensan algunos sensatos de libro;

vivo en mi nube alejado del tedio,

y hablo en idiomas que saben los pájaros. 

Loco, sin duda, y errando en las calles

miro a la gente que sigue su inercia,

y hoy que me aburren las cosas de cuerdos, 

tengo la suerte de estar en las nubes.



viernes, julio 18, 2025

El tipo

 El tipo, que es un tipo peculiar

y siempre baila un vals con las mareas,

se embarca en sus modestas odiseas

y al fondo,  muy al fondo, está su hogar.

El tipo, que se ennovia con el mar

pasando de las diosas ateneas,

desea lo que tú también deseas

pero abre el corazón de par en par.

El amo de los peces y sus bancos

estrena ya por fin zapatos blancos

y cubre su profunda cicatriz.

El tipo, que se monta un Gran Azul

pescando de Algeciras a Estambul,

el tipo, sí que sabe ser feliz.




lunes, julio 07, 2025

El hundimiento

 Te miro y solo así tomo conciencia

de cuanto necesito, con premura,

correr a una piscina y tomar clases

urgentes en materia natatoria.

Lo sé porque en el fondo siento pánico

y temo resultar incompetente

expuesto a naufragar como un novato

que no tiene destrezas ni talento.

Lo supe, no hubo más alternativa

al verme zambullido en el remanso

del verde angelical de tu mirada.

Lo supe, porque en cuencas tan profundas

me vi como un chaval sin flotador:

a punto de ahogarme sin remedio.

Vuelva usted mañana

Me aterra resultar inoportuno

y a veces llego tarde hasta a mi entierro;

no hay sitio para mí en este planeta

que viene acumulando tanta gente.

Te juro que no sé cómo acertar

la pérfida quiniela de mi vida

pues no suelo empatar con casi nadie

y pierdo cada día sin remedio

a la chica de ayer 

en el piso de abajo

por la puerta de atrás 

esperándola fuera

hasta el día después.

Aun en Nunca Jamás

me dijeron "hoy tampoco:

vuelva usted mañana".

Aire

 He muerto, resollando aire corrupto,

venenos ponzoñosos y volátiles,

etéreos oxígenos usados,

hedores con fragancia a estercolero.

Atmósferas de tóxica memoria

ambientes reciclados y marchitos,

efluvios de pasados con reúma

y gases sin nobleza ni abolengo.

Si tengo la tiniebla en mis pulmones

de tanto tamizar esa inmundicia

de afectos impostados y enfermizos

no sé lo que me ocurre con tu olor.

Jamás había inhalado algo tan vivo

como ese aliento tuyo que sonríe

quizá porque has abierto mis ventanas

y yo no recordaba ni las vistas.

Y ahora que he perdido ya a cuenta

de veces que, sin más, he resoplado,

al fin he comprendido, con tu aroma,

que nunca he respirado con motivos.



miércoles, julio 02, 2025

Aquella rubia

 Vendí mi suerte en un bar

a una rubia descarada.

Me pagó con su mirada

femenina singular.

Me acompañó hasta un altar

en un rincón solitario.

Pedimos ron Legendario,

y el barman hizo de cura.

le di un beso a mi futura,

y me subí al escenario.


Brindé con sombras ajenas

y a la primera canción.

la chica entonó a mi son

sus cánticos de sirenas.

Sentí su sangre en mis venas,

la carne se me hizo verbo,

y me convertí en su siervo

como un niño inofensivo.

Había solo un motivo

pero aún me lo reservo.


Cuando acabó la función

le prometí amor eterno

y al menos por un invierno

le entregué mi corazón.

La esperaba en el salón

escribiendo poesía,

en tanto que ella volvía

con un verso en sus andares

sus besos moleculares

y su sonrisa en la mía.



La esperaba en el salón

entre tinta y melodía,

con una copa vacía

y otra llena de ilusión.

En cada rima, un buzón,

en cada acorde, una espada.

Pero una tarde nublada

llegó con frío en los ojos,

se cubrió con mil cerrojos

y se fue sin decir nada.


No volvió con la marea

ni me la trajo la lluvia.

No hubo más sirena rubia,

se apagó mi chimenea.

Tuve la pésima idea 

de buscarla en la bebida,

en el fondo de mi herida,

en los traumas de mi infancia

y me perdí en la arrogancia

y en mil calles sin salida.


Y no escribí ni una nota

ni canciones, ni un soneto.

La guitarra, un esqueleto,

tenía una cuerda rota.

Me sentí como un idiota

en una ruleta rusa

con una vida inconclusa.

Ya saben de qué les hablo:

yo era solo un pobre diablo

y la rubia era mi musa.