Dios de los poetas
La Biblia (o el Corán, o la Torá)
a mí no me seduce, por sí misma.
A mí, ni catecismo o catecisma
me hará creer en Dios o en Thor o Alá.
No creo en más allá o en más acá;
si quiero una opinión desde otro prisma
agarro un poemario y leo a Luisma
y el cielo envía un manto de maná.
Quien lee con frecuencia a Luis María
encuentra su Nirvana y, cada día,
camina en armonía con el Tao.
La plaza para dios de los poetas
está vacante y libre de profetas
y yo propongo al Niño de Sestao.

0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home