martes, febrero 18, 2025

Dios de los poetas

 La Biblia (o el Corán, o la Torá)

a mí no me seduce, por sí misma.

A mí, ni catecismo o catecisma 

me hará creer en Dios o en Thor o Alá.

No creo en más allá o en más acá;

si quiero una opinión desde otro prisma

agarro un poemario y leo a Luisma

y el cielo envía un manto de maná.

Quien lee con frecuencia a Luis María

encuentra su Nirvana y, cada día,

camina en armonía con el Tao.

La plaza para dios de los poetas

está vacante y libre de profetas

y yo propongo al Niño de Sestao.