6° A solas
A solas el silencio no es tan mudo
y el tiempo me vigila de reojo;
le doy los buenos días al cerrojo
y esboza tras el óxido un saludo.
A solas tengo un párpado desnudo
que deja el descubierto el ojo rojo;
a solas un pañuelo está en remojo
y el otro está tendido con un nudo.
A solas, por la noche, se disfruta
del áspero sabor de la cicuta
que está condimentando mi tortilla.
A solas, al cerrar mi habitación
un día ya no duele el corazón
y empieza a molestarme la rodilla.
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