miércoles, diciembre 13, 2023

En sí mismos.

 No sangro si me lanzan alfileres

diciéndome lo poco que me mezclo,

vencido a la vorágine de un mundo

pletórico de haber enloquecido.

No tiemblo, ni siquiera parpadeo

ni salta alguna sístole sin cita

por una subsistencia solitaria,

ajena a los bullicios programados.

Ajena a las miradas timoratas

que evitan ir al baile con mis ojos,

en una insustancial coreografía

de voces que se escuchan por costumbre.

Me quedo en mi castillo sin barrotes

ni fosos con hambrientos cocodrilos,

dejando sin temor la puerta abierta,

en vez de incrementar la procesión 

de cuerpos que, aunque salen a la calle, 

perviven encerrados en sí mismos.