Cascanueces
Tras tres años en la Royal Academy of Dance del Reino Unido, nada era suficiente. Había pasado del cuerpo de baile a bailarina principal durante el primer año y, a poco de cumplir el tercero, fue elegida bailarina solista. Una carrera meteórica mucho más exitosa de lo que nadie habría imaginado. Como si a ella le importara. Anhelaba ser la bailarina principal. El nueve de septiembre estrenarían el Cascanueces y ella iba a ser Marie Stahlbaum, a cualquier precio. Detrás de aquella carita de niña buena había un largo historial de accidentes provocados a sus compañeras y de nuevo tenía un plan. Durante el ensayo general treparía por encima del decorado y dejaría caer algún foco sobre la titular. Con ella fuera de combate, el papel en el estreno sería suyo.
Cuando la enorme bombilla impactó sobre el cuerpecillo de Olga Svretilova se apresuró a descender e interesarse por su estado. Aunque podía haberla matado, la rusa sólo presentaba un esguince de tobillo. Lo suficiente para tenerla un par de semanas fuera de combate.
Que la reina Isabel la cascara el día antes del estreno es la demostración empírica de que no existe el crimen perfecto
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home