lunes, marzo 06, 2023

La apuesta

 El dolor punzante en la sien no consiguió apartarle de sus pensamientos. Estaba muy cerca de conseguirlo. Era el único modo fiable de salir, literalmente,  de aquella cloaca. 

Todos los trabajos son dignos. Por eso llevaba años buscando la honorabilidad del suyo entre los excrementos de la red de alcantarillado municipal. 

Solo necesitaba unos poco millones, un pellizco con el que pagar sus deudas y poner un pequeño negocio. Lo justo para empuñar la batuta de su vida.

Comenzó jugando a todo tipo de lotería, sin éxito. Él no era un ludópata, ni mucho menos, se decía. No estaba enganchado a las tragaperras como tantos infelices que se contentaban con su magra ganancia

Tomando café oyó una conversación. Determinado caballo estaría dopado en cierta carrera; los demás, levemente drogados. Una apuesta segura. Calculó que apostando cinco mil euros a ganador podría ganar unos cien mil. La  pega era que no los tenía. 

Contactó con Johnny el Liviano, un conocido mafioso.

Nadie tuvo la culpa de que el caballo dopado se rompiera una pata nada más empezar la carrera, ni que los secuaces de Johnny estuvieran perforando su sien con un taladro.