martes, noviembre 01, 2022

El Descuartizador

 

En el semáforo todo el tráfico estaba detenido. El vehículo policial pasó como una exhalación. El fax había sido muy claro. Un chivatazo daba la ubicación exacta del escondite del descuartizador y tenían que llegar antes de que la última desaparecida perdiera la vida.

Se trataba de una nave industrial del polígono, aparentemente abandonada. La llegada de los coches de patrulla aparatosa. No había que pillarle in fraganti. Más bien de atemorizarle para que optara por huir en vez de destripar a la joven Verónica, que había desaparecido dejando su coche en medio de la calle, con el motor en marcha y reproduciendo “Te felicito” de Shakira en Spotify

Sin embargo, el descuartizador esperaba a la entrada de la nave. Un tipo de unos cuarenta años, completamente desnudo, que traía a Verónica de la mano. En la otra, mostraba un cuchillo de carnicero de dimensiones considerables.

Todos los agentes le apuntaron con sus armas. El descuartizador hizo un gesto de perdón al juntar sus manos y entregó el cuchillo a Verónica. Acto seguido se tiró al suelo y empezó a hacer flexiones.

“Este tipo está loco de remate”, dijo un agente.

Pero todos quedaron petrificados cuando Verónica comenzó a asestar cuchilladas a su raptor, hasta que tuvo que ser abatida de un disparo.