Se atormenta una vecina
El hijo de la Vicenta
ha bajado en gabardina
pero no se da ni cuenta
como mira Catalina
que siempre se lo imagina
con su espalda corpulenta
trenzados en la cocina
y enamorándose a tientas
Y así, tan calenturienta
ha tendido las cortinas
que estaban amarillentas
de la puta nicotina
y una nube se encamina
de apariencia turbulenta
se atormenta una vecina
se avecina una tormenta
Pero nadie se imagina
que el hijo de la Vicenta
suspira por Catalina
cuando nadie se da cuenta
Y aunque nunca lo aparenta
de manera clandestina
vigilándola se inventa
una escena en la cocina
Y escondido en una esquina
el muchacho se lamenta
la vergüenza le domina
y por eso no la enfrenta...
Y los truenos ya revientan
y empieza una lluvia fina
Se avecina una tormenta
y se atormenta una vecina
Con la lluvia más violenta
se apresura Catalina,
el diluvio se acrecienta
Y se empapan las cortinas
Con las manos en la tina
y la borrasca que aumenta
no ve al hijo de Vicenta
agazapado en la esquina
Y ambas miradas atentas
de manera repentina
dos bocas que se impacientan
dos caras que se iluminan
dos cabezas que se inclinan
besos a cámara lenta
Ya no hay lluvia en la vecina
Ya se acaba la tormenta
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