Síndrome de Estocolmo
La cotidiana sorpresa
cuando te encuentran mis ojos.
Esos fingidos sonrojos
esa sonrisa traviesa.
El silencio que confiesa
nuestros secretos a voces,
dulces besares feroces,
párvula llave maestra
se hace la sueca y secuestra
cariño a base de roces
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