Nanas
... y era muy difícil no ser adicto
a aquellas noches de charlas y risas
donde nos escuchábamos sin prisa
desarmados ante cualquier conflicto
Me convertí en monárquico convicto
cuando ejercías de reina insumisa
y podía imaginar tu sonrisa
las pocas veces que salía invicto
Cuchicheábamos desde la nada
agudizando los cinco sentidos
figurándonos en nuestras miradas
voces bajitas para no hacer ruido
que eran igual que nanas susurradas
hasta que nos quedábamos dormidos
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