Peter
- Hemos jugado, te he enseñado a volar, nos hemos divertido juntos. No puedes venir al País de Nunca Jamás y obligarme a crecer. No puedes. Es injusto.
- Claro que puedo, Peter. Y lo haré. Soy una mujer, no lo olvides.
Confesiones y paranoias de un hombre confuso ante los tiempos que vive
- Hemos jugado, te he enseñado a volar, nos hemos divertido juntos. No puedes venir al País de Nunca Jamás y obligarme a crecer. No puedes. Es injusto.
- Claro que puedo, Peter. Y lo haré. Soy una mujer, no lo olvides.
¿Quién no tiene hoy día un móvil polifónico con cámara digital y microondas incorporado?¿Quién no tiene televisión por cable con 1500 canales? ¿Quién no tiene ordenador de sobremesa o portátil, con líneas adeeseeles, messenger, webcam, micro y auriculares?
Veo que nadie levanta la mano. Si es así, ¿cómo es que cada vez estamos más incomunicados?
Yo podría llamar por el móvil a mi mujer, que está aquí a mi lado, y decirle que a veces la echo de menos, pero la verdad es que no lo hago. Ni le mando un email. No se por qué. Y se que debería hacerlo.
Tengo amigos a los que quiero llamar. O ir a verlos. Pero cuando no tengo tiempo, estoy demasiado cansado, o lo intento y no están.
Y esto en lo referente a las relaciones personales.
Vivimos también incomunicados de lo que ocurre en el mundo. Y lo hacemos voluntariamente. A veces estamos tan hastiados de la vida que nos rodea, que no nos apetece poner la tele para saber que el único judío al que tenían que haber matado los nazis, o sea, Sharon, está vivito y exterminado palestinos. O que los irakíes sugieren subliminalmente que no se le ayude más. Luego, cuando al mundo árabe se le calientan las pelotas y se dedica a reventar trenes en Madrid, nos echamos las manos a la cabeza y condenamos la barbarie que padecemos. Ojo, que no justifico el atentado ni mucho menos. Sólo caigo en la cuenta que el mismo dolor deben sentir a diario en otros muchos lugares, que no por lejanos son menos importantes, pero que nos pasa inadvertido hasta que nos salpica a nosotros. Es mejor dormirnos mientras Lequio y Matamoros insultan a Enrique del Pozo, o mientras 12 voluntarios se van a Siberia con una navaja multiusos y un tanga, a ver quien sobrevive. Anímicamente es menos agresivo para nosotros.
Nos han incomunicado, porque nos dan pan y circo como único sustento. Nos hemos incomunicado, porque no podemos soportar la cruda realidad. Sólo nos queda coger el movil, marcar un número y escapar a Mátrix de la mano de Neo diciendo: "Estoy dentro"
Contemplando en televisión la pregrinación rociera, tan piadosa y llena de fervor, y viendo a esos apacibles muchachos aguardar ordenadamente el momento de pasar al recinto para tocar el manto de la vírgen y sacarla en sosegada procesión, me replanteo mis conceptos acerca de la religión católica.
Se que hay dos tipos de religiones. Las de primera división, o monoteístas, y las de segunda, politeístas extintas y sectas. Las monoteístas son las que más adeptos tienen, quizá porque es más cómodo adorar a un solo dios que recordar una interminable lista de subdelegados encargados cada uno de su determinada tarea. Si quiero pan, adoro a Panus, si quiero vino, a Vinus, y etc. Algo así como los ministerios.
Sin embargo, me doy cuenta de que la católica es una religión politeísta camuflada. Hay un dios único (dejemos a un lado la santísima trinidad que, para no liarnos, es algo así como el consejo de ministros),omnipresente y todopoderoso, que todo lo perdona aunque te mande al infierno. Lo que pasa es que después, de cara al público, tiene una compleja red subsidiaria, basada en la clonación de su hijo Cristo y de su madre (la del hijo)la virgen María. De esto resulta una larga lista de cristos (el del medinaceli, el de los desamparados, el de la buena muerte, etc) y de vírgenes (del Rocío, de los Dolores, de las Angustias, de los Milagros, de la Sierra, del Monte, de las Nieves, del Mar, etc)que se encargan mayormente de lo que son los milagros en si. De esta manera, los desamparados le rezan a uno, los pescadores a otra, a la de las Nieves me imagino que le rezaran los esquiadores, manteniendo una oferta variada para todos los gustos que hacen de la católica una religion atractiva y versatil. Por otro lado, eso descarga al dios de tareas de menor importancia, centrando toda su atención en las cosas verdaderamente fundamentales, como evitar las guerras, el hambre, la miseria y las enfermedades.
Y todo ello sin nombrar a la pléyade de santos y santas que se encargan de pequeños trabajos, algo así como subcontratas. Tenemos, por poner un ejemplo, a San Judas Tadeo, patrón de los imposibles, San Pancracio, de los parados, Santa Bárbara, que cuando te acuerdas de ella evita las tormentas, y muchos, muchos más.
Luego se establecen rankings de los más milagrosos, algo así como los 40 principales, con clubs de fans o cofradías, que rivalizan entre si en un peculiar desfile de modelos primaveral, en el que todos se afanan para que la imagen que pasean sea la más bonita, la más emotiva o la mejor adornada.
La lástima de todo esto es que yo, como no tengo alma, no tengo acceso a ninguno de los variados servicios que se ofertan. Así me va.
Por mucho que he buscado no me la encuentro. El alma. Mal pensados. ¿Soy por tanto un desalmado? Quizá. Pero la cuestión es, ¿es legal, hoy en día, campar por ahí desprovisto de tan etéreo componente? Pago mis impuestos, me paro en los stops y doy los buenos días en el ascensor. No recuerdo haber matado a nadie (aún), hablo a mi esposa de usted, no sea que me acuse de malos tratos, y como fruta y verdura para rebajar el colesterol. Pero me temo que eso no es suficiente. Vivo intranquilo, aterrorizado, pensando que cualquier día, al volver del trabajo, un agente de los servicios secretos, vestido de negro y con gafas de sol, me diga "Acompáñeme" y me lea mis derechos. "Está usted detenido por desalmado"
Dará igual que le presente la última declaración de la renta. No me he leído el código penal, pero seguro que en la letra pequeña hay algún artículo IV, párrafo II, que me condena. ¿Qué seré de mi mujer y de mis hijos? Bueno, vale, me echarán un poco de menos pero en el fondo se alegrarán de perder de vista a semejante pelmazo (o sea, yo). Pero, ¿qué será de mi? ¿Me pudriré en una cárcel de máxima seguridad, rodeado de asesinos y violadores? O, en el peor de los casos, ¿existirá algún programa sanitario para la implantación obligatoria de almas? ¿Qué haré entonces? Probablemente tenga que hacer rehabilitación, flexiones de alma o lo que es lo mismo, los conocidos ejercicios espiriruales. Luego, ya se sabe, reinserción social, buena conducta, terapeutas ocupacionales y de vuelta a casa. Pero, ¿seguiré siendo el mismo de antes?. Eso, amigos míos, es lo que me horroriza. Levantarme una mañana, mirarme al espejo y no reconocerme. O mirarme a los ojos y decirme: "Mira, ahí, detrás del ojo izquierdo, ahí me la han puesto". Y sentir constantemente que me vigila, me censura, me juzga y me somete.
Es por eso que desde aquí, en este momento, solicito la reforma de la Constitución. Ea. Si los vascos pueden, yo también. Y que donde dice "Todos somos iguales ante la ley din distinción de edad, sexo, raza, ideología o religión", diga también "...aunque no tengan alma".