La gran mentira monoteísta
Contemplando en televisión la pregrinación rociera, tan piadosa y llena de fervor, y viendo a esos apacibles muchachos aguardar ordenadamente el momento de pasar al recinto para tocar el manto de la vírgen y sacarla en sosegada procesión, me replanteo mis conceptos acerca de la religión católica.
Se que hay dos tipos de religiones. Las de primera división, o monoteístas, y las de segunda, politeístas extintas y sectas. Las monoteístas son las que más adeptos tienen, quizá porque es más cómodo adorar a un solo dios que recordar una interminable lista de subdelegados encargados cada uno de su determinada tarea. Si quiero pan, adoro a Panus, si quiero vino, a Vinus, y etc. Algo así como los ministerios.
Sin embargo, me doy cuenta de que la católica es una religión politeísta camuflada. Hay un dios único (dejemos a un lado la santísima trinidad que, para no liarnos, es algo así como el consejo de ministros),omnipresente y todopoderoso, que todo lo perdona aunque te mande al infierno. Lo que pasa es que después, de cara al público, tiene una compleja red subsidiaria, basada en la clonación de su hijo Cristo y de su madre (la del hijo)la virgen María. De esto resulta una larga lista de cristos (el del medinaceli, el de los desamparados, el de la buena muerte, etc) y de vírgenes (del Rocío, de los Dolores, de las Angustias, de los Milagros, de la Sierra, del Monte, de las Nieves, del Mar, etc)que se encargan mayormente de lo que son los milagros en si. De esta manera, los desamparados le rezan a uno, los pescadores a otra, a la de las Nieves me imagino que le rezaran los esquiadores, manteniendo una oferta variada para todos los gustos que hacen de la católica una religion atractiva y versatil. Por otro lado, eso descarga al dios de tareas de menor importancia, centrando toda su atención en las cosas verdaderamente fundamentales, como evitar las guerras, el hambre, la miseria y las enfermedades.
Y todo ello sin nombrar a la pléyade de santos y santas que se encargan de pequeños trabajos, algo así como subcontratas. Tenemos, por poner un ejemplo, a San Judas Tadeo, patrón de los imposibles, San Pancracio, de los parados, Santa Bárbara, que cuando te acuerdas de ella evita las tormentas, y muchos, muchos más.
Luego se establecen rankings de los más milagrosos, algo así como los 40 principales, con clubs de fans o cofradías, que rivalizan entre si en un peculiar desfile de modelos primaveral, en el que todos se afanan para que la imagen que pasean sea la más bonita, la más emotiva o la mejor adornada.
La lástima de todo esto es que yo, como no tengo alma, no tengo acceso a ninguno de los variados servicios que se ofertan. Así me va.
3 Comments:
Juan, no me vengas ahora con quejas tontas sobre lo que te pasa por no tener alma: "San Pancracio no quiere mi perejil","La blanca paloma dejó mi coche perdido", "El Algeciras se va pa' 2ºB..."
Que bien que vi yo como la cambiabas por un bocata de Chope y la capacidad de escribir como lo haces...
un abrazo
Querido Daniel:
Me pillaste.El charcutero me aseguró que nadie nos vigilaba, y ya conoces mi adicción por los embutidos de mamífero indeterminado. Sin embargo, fue lo único que obtuve a cambio. Le pido a mis pezuñas que tecleen algo coherente y fíjate el resultado. Penoso. Debí cambiarla por caviar.
Dicen que las venden.......
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