La vida, una vez más.
Mi vida, aquella vez, pendió de un hilo
del hilo musical de la derrota,
derrota que esperaba tan tranquilo,
tranquilo de quedar como un idiota.
Idiota y derrotado con estilo,
estilo desgastado y alma rota,
tan rota que asomaba por el filo
el filo que colmó la última gota.
La gota que llenaba medio vaso,
el vaso en que dejaba la bebida,
bebida con perfume de fracaso,
fracaso de pasaje sin salida.
Salida acompañada de un mal paso
y a un paso de al final, perder la vida.

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