El descuartizador (2ª parte)
Pegó la nariz al cristal de la cafetería. El aroma de los pasteles recién hechos y de los deliciosos emparedados de pan de molde rellenos de pollo asado le abrieron el apetito, recién salido del gimnasio. Rasco su bolsillo en busca de unas monedas y se decidió a entrar. Pidió café y emparedado. Por el cristal vio aparcar un Honda Civic, en el que sonaba Shakira a toda pastilla. Del interior salió una chica de unos 27 años que inmediatamente le clavó la mirada. Entró en la cafetería y con total descarose sentó a su mesa.
— Hola, soy Verónica y quiero follar contigo
Ya en el Honda, se extrañó de que se dirigiera al polígono. Anochecía.
— ¿A dónde vamos? — preguntó inquieto.
— Tengo un pequeño picadero en una nave de mi padre. Allí no me oirán gritar mientras me follas.
— ¿Por qué un tipo como yo? Soy bastante mayor que tú.
La chica le sonrió.
— Eres la pieza que falta en mi colección.
Se detuvieron en un semáforo. Echó un vistazo al asiento de atrás. Había manchas de sangre.
— ¿Eso es sangre? — preguntó asustado.
— ¿Te gusta estar vivo? — respondió ella.
Huyó del coche corriendo mientras la chica le perseguía con un cuchillo. Sin saberlo, corría hacia la nave.
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