Moraleja (sin chalé)
Los cuentos que escuchaba cuando chico
traían en sus líneas moraleja;
la trola que hoy penetra por mi oreja,
contiene por lo menos una y pico.
Embuste con el morro o el hocico,
que sirve las lecciones en bandeja
y a causa de tan mal sabor que deja
no trago aunque primero lo mastico.
Y a veces la enseñanza no está escrita,
te envuelve tan sutil como la seda,
pero antes o después se precipita
y observas ese poso que se queda.
Sin duda, mal le irá a Caperucita
creyendo a cada lobo en la arboleda