Ave Fénix, los que van a renacer te saludan
Me he restaurado desde mis escombros,
he mordido el polvo y le cogí el gusto,
me acostumbré a pagar el precio injusto
y he cargado un mundo sobre mis hombros.
Bendije a los fantasmas que no nombro
que procuraron más risas que susto,
le eché pimienta y sal a los disgustos,
pero nada me ha hecho digno de asombro.
Porque exploré en el fondo de lo humano,
porque eludí creer en lo divino,
porque confié en lo que estaba en mis manos,
porque negué estar atado a un destino,
porque no quise lamentar en vano,
porque insistí en elegir mi camino
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