Gilioplas, el conquistador.
Para muchos es totalmente desconocido el período pre-helénico y determinados mitos y leyendas de la época. Uno de los iconos más injustamente ignorados por la Historia es el de Gilioplas, el conquistador. Los cretios, pueblo asentado en la isla de Creta en un período coetáneo a la civilización minóica, eran un pueblo bélico. Al contrario que otras culturas del Bronce, que se dedicaban básicamente a la artesanía y el comercio, los cretios, acaudillados por su líder, Gilioplas, ambicionaban crear un imperio que dominara el Mediterráneo. En los antiguos escritos de Tucídides se recoge la frase que se le atribuye: "Dejad que los minóicos jueguen con flechitas de estaño, que los cretios enseñarán al mundo el poder de los palos y las piedras".
El espíritu conservador de Gilioplas resultó ser una dudosa estrategia militar. En su primer intento colonizador prepararon un largo asedio a la ciudad de Malia que a posteriori duró... diez minutos, cuando las flechas de los asediados diezmaron al ejercito invasor (de ahí la palabra diezmar cuyo sentido originario fue el de aniquilar en diez minutos).
Este primer revés no hizo otra cosa que reforzar la ambición y la furia de Gilioplas. Urdió un ingenioso plan para invadir Festos. Transportaron cientos de barriles de vino vacíos hasta las afueras de la ciudad es introdujo a sus soldados en los barriles, con las esperanza de que los festios lo tomaran como un presente e introdujesen los barriles en el pueblo, momento que aprovecharían para el ataque. Desgraciadamente los vigías festios divisaron la estratagema y el ejército cretio rodó ladera abajo. Ese día pasó a ser considerado de regocijo para los festios (de ahí la palabra festivo, que hace referencia al día en que los festios repelieron el asedio cretio).
Gilioplas estaba ciego de ira. Los minóicos eran la primera espina en sus ambiciosos planes de expansión y comenzaba a ser custionado entre las pocas decenas de guerreros válidos que aún sobrevivían. Intentó arengar a la tropa por medio de unos escritos bélicos que no fueron entendidos por los soldados. "Para nosotros lo que escribes es un jeroglífico", objetaron, sin saber que precisamente así se denominaba aquel tipo de escritura.
El siguiente objetivo militar fue la mítica Cnosos. Una vez más, el ataque fue repelido y en su huída, Gilioplas instó al reducido grupo de supervivientes a ocultarse en una cueva cercana. La cueva resultó ser un oscuro laberinto del que muchos nunca salieron, otros fueron devorados por una extraña criatura de figura humana y cuerpo de toro y tan sólo Gilioplas pudo escapar aprovechando que el monstruo se entretenía con un tipo que llevaba un cordelito atado de la cintura. Siguiendo la cuerda alcanzó la salida y ya en el exterior, intentó seducir a la chica que la sostenía, teniendo como resultado una inflamación testicular que lo mantuvo apartado de la milicia durante meses. Esta nueva derrota fue tomada muy a mal por los cretios (de ahí la palabra cretino, que originariamente se usó por otros pueblos para describir la falta de actitud del cretio Gilioplas)
Durante ese período de convalecencia, Gilioplas no podía quitarse de la cabeza su fracaso como conquistador... y decidió acabar con los minóicos de una vez por todas. Como solo contaba con un pequeño grupo de mujeres y ancianos, decidió disfrazarlos y hacerse pasar por un rey hitita que venía a comprarles armas. Una vez recibido por el rey Minos lo reduciría y obligaría al ejército enemigo a la rendición. Ciertamente el plan era audaz y taimado... de no ser porque meses antes los minóicos habían sufrido un ataque de los hititas y les tenían cierta inquina. A su llegada a cnosos, el presunto rey y su séquito fue arrestado y condenado a muerte. Cuenta la leyenda que el primero en ser decapitado fue su líder y que durante su ejecución, los pocos cretios que habían formado parte de la expedición lo aclamaban gritando su nombre, Gilioplas, aunque por un error de traducción de Tucídides, la palabra que ha trascendido hasta nuestros días y que constituía aquel clamor era: Gilipollas, Gilipollas.