viernes, agosto 18, 2006

A Isla

Llegó a ti en cayuco, como un subdesarrollado más. No eras una Isla cualquiera, pero cabían muchas interpretaciones. En todo caso, para él, un lugar donde no estar aislado

No eras una isla desierta. Estabas llena de vida, con exhuberante flora y fascinate fauna. Había vida inteligente en tí, y era un reto desentrañar el misterio.

Una isla misteriosa, del tesoro, mágica, bonita, canela (fina), la gran canaria, mujer de Hierro que se lleva La Palma. De fuerte (buena) ventura, de Lanza rota en tu favor.

Clavó la bandera pirata en el ombligo de la isla, piercing furtivo y se arrodilló como hacían los conquistadores al llegar a tierra prometida, que era deuda, no rezando a dioses trasnochados, sino solicitando asilo y cobijo a la grandiosidad de aquel paraíso de tierra